Juguemos a los tontos porque es mejor reír
Juguemos a los incrédulos porque es conveniente dudar
Juguemos a los intelectuales porque es mejor no saber
Juguemos a los cuerdos porque es importante disimular.
Juguemos a que en este mundo se vale reír, soñar y vivir,
Juguemos a que se puede querer, dormir y despertar,
Juguemos a que somos uno y dos, a que somos tres y muchos más.
Juguemos a lo incierto y en el infinito,
En el ahora, el ayer y el mañana.
Juguemos a que somos niños grandes o grandes niños.
Simplemente Juguemos.
Paola Andrea Hernández Sánchez
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